martes, enero 16

Algo que contar

Ahora que ya estaba bien todo vuelve a caer. Quizás la única realidad sea que deseo sufrir, pero me gusta mi sonrisa... Me gusta reír. He vuelto a desconfiar de las personas, ha mirar y a analizar con extremo cuidado cada detalle de la realidad. Demasiado cansado es traer la sonrisa a casa cada día. Decir ``Todo fue genial´´ Aun que esto es cierto de algún modo, ¿lo es si no soy feliz?Vuelvo a escuchar las voces que me atormentaron durante años...

Vuelvo a verme forzada... Obligada de nuevo... Y es como si todo desapareciera, como si todo se hundiera.Supongo que me escudo en el pensamiento de que me gusta ser feliz cuando en realidad gozo sufriendo, o puede que todo esto sea más simple y mis pensamientos solo sean la red que se hila alrededor de mi cuello...

¿Me engaño a mi misma o, simplemente, me estaré volviendo completa y absolutamente loca?

--> Anexo 1.

Una vez pasó... y caí… y volvió a pasar... pero las voces seguían ahí todo el tiempo, a cada segundo... A cada instantes, tan amenazantes como lo fueron antaño...

--> Anexo 2.

No creo que sea autoinducido, ya que han habido hechos, pero creía haberlos superado, pensé que ya, por fin, podría volver a sonreír sin ponerme es máscara tras la cual caían lágrimas de vicio... Pero ahora todo ha vuelto, las voces cuando estoy despierta y los cuerpos cuando duermo, claro, cuando consigo dormir algo...

Querido Santa Clavos:

Este año no he sido una buena niña: Es cierto que en mi casa me porto bien, saco buenas notas en clase y no tengo ningún problema en el cole. Pero en abril conocí a gente que quizás no me convenía.

Primero me encapriché de quién no debía, pero ya lo superé, tan solo fueron suspiros y un altar. Empecé con alguien que realmente no me convenía, ya que me utilizaba, pero lo sabía y me daba igual, en cierto modo yo también lo hacía… Aprendí lo que no tiene que aprender una niña de mi edad…Después le hice daño a una de las personas que más quería, tenía unos bellos ojos, pero mi mente se volvió a enredar y creí que lo mejor para no hacerle daño era dejarle, así que simplemente viré la cara sin casi explicaciones, creo que eso fue lo peor… Aún quiero disculparme y decirle que creía que así sería más fácil… Un tiempo después llegó otro chico. Me dejó por otra, quizás alguien lo envió para que viera como sufrió mi anterior pareja…

También es cierto que hay personas que despotrican de mi, algunos hipócritas que creen que no sé de sus habladurías… Pero realmente no me importa, creo… He tratado de ser fuerte pero me he caído muchas veces… Gracias a que tengo un buen y especial amigo que me ayudó. He crecido como persona y ahora me veo a eones de los meses pasados.

Quizás no debieras traerme nada, pero si me traes que sea una estrella fugaz, para pedirle rectificar (que no volver atrás y arrepentirme), pedir perdón a las personas malheridas tras mi insensatez e inmadurez, dar besos a todos aquellos a los que quise y no pude, que todo vuelva a la normalidad en casa, no sentirme como una extraña bajo mi propio techo, incluso en mi cuarto, poder volver a sonreír…

Cariñosamente se despide:

Marta

Y mi carta de despedida dice así:

Son las tres de la mañana ya aún no ha salido el sol.
Quizás le pida demasiado a mi alma,
o a mi misma
.Demasiado tarde para recordar...
Los momentos tan añorados,
nunca vividos,
quedan atrás tras mi muerte.
Demasiados besoss desperdiciados,
demasiadas caricias mal dadas.
Demasiados tropiezos y caídas.
Ya no puedo más...
Son las tres y dos minutos,
la oscuridad es absoluta...

Adoradora de la muerte

Pensamientos infantiles de nuevo.
Quizás nunca maduré.
Puede que aún me falte un poco para llegar...
Algo más tarde suenan hoy las campanas...
Triste armonía la de la misa,
triste cantar el del incienso.
Pájaros,
que pena que sea invierno.
Hojas,
ya llegó el otoño.
Otoño...
Gran estaión.
Todo se pone marrón y las hojas caen...
Como yo, que ironía.
Cansada de andar,
de caminar.
Los pies me pesan como si llevaran eones caminando,
como si llevaran el mundo a cuestas.
Besos que se vuelven monótonos y saben a azufre.
Ya no hay más sal,
ni mas champang.
Dulce sirena,
vuelve a cantar,
haz que lo olvide todo de nuevo...
Olvidar,
¿será lo que deseo?
¿O realmente gozo con mi propio dolor?
Cuando mi sonrisa es lo que añoro,
eso que no había tenido desde la infancia,
y me costó tanto recuperar...
Eso tan frágil que se puede romper con una simple palabra...
No te creas importante.
Hay cosas más importantes.
Baja de la nube.
Los sueños nunca se cumplen.
Acéptalo.
No serás nada.
De nuevo esas voces.
Esas que me desesperan.
¿Me habré vuelto loca?
¿O ya lo estaba y viví siempre rodeada de mentiras?
¿Estaré ya en una habitación acolchada?
¿Todo será irreal?
Que más da si todo vuelve a empezar...
Las voces...
Yo...
Tú...
Nada, en realidad,
pero todo junto, en conjunto.
Quizás(como muchos dicen)
me convertí en una adoradora de la muerte...

Mi última carta:

Es cierto eso de que porque una persona no te quiera como tu quieres no significa que no lo haga.

Yo no dije en realidad que no me quisieras... Más bien lo extralimité a un campo concreto en el que tu no entrarías ...A uno en el que te deseo, pero mis suspiros no son más que meros anhelos que se pierden con la esperanza de ser olvidados...

No digo que te quiera como antaño... Pero en mi mente tu recuerdo sigue siendo fuerte y pesado... Podría decirse que hasta humillante, por todos los intentos y todas las maneras que he inventado para tratar borrarte.

He derramado lágrimas por miles antes que tú... Pero contigo... Ni una sola realmente. Tan solo las de mi alma, simplemente para no mostrar una debilidad más, para fingir que nunca exististe y dárselo a entender a mi universo. Para mentirme nuevamente...

Supongo que por mucho que diga que quiero liberarme de las cadena... Es posible que me sienta demasiado apegada a ellas... O quizás lo que me ocurre es que tengo miedo a lo que pasará en el ``después´´ del ``antes´´

XXX

Olvido

Dicen que las mentiras hacen daño, pero a mi me duele más la verdad.
Me duele el saber que realmente no soy nada para ti y aún así me dejas con flores en el pelo.
Sé que es solo una ilusión que ha creado mi mente, un triste holograma de mis deseos.
Sé que los besos son de plástico…
¿Pero me importa?
Quizás prefiero seguir engañándome…
Mintiéndome a mi misma y huyendo de la realidad.
De la verdad.
Pero es cierto, solo fuiste un capricho y, poco a poco,
te voy sustituyendo por otros en mi mente,
despacio tu cuerpo se difumina.

Espero poder olvidarte alguna vez…

Atrapada

Desperté atada. Tenía sogas de cuero ancho al rededor de las muñecas y el cuello, lo que limitaba mi movilidad. Estaba aturdida... No recordaba nada de lo que había pasado antes de despertar ahí. Lo más increíble, no me extrañaba sobremanera el hecho de estar atada en una especie de... ¿cuarto? No sé como describirlo. Seda negra y roja, terciopelo también de esos colores, donde me encontraba habían unos almohadones enormes y extrañamente cómodos, probablemente serían de plumas.

Derrepente una sombra en la oscuridad... Pelo negro y largo, liso. Dedos de pianista y uñas de mujer. Curvas femeninas y finos labios. Desconocido en mis recuerdos pero extrañamente familiar. Se acercaba con lentitud, no le temía, aún no se por qué... Cuando sus dedos rozaron mi cara todo se volvió negro de nuevo...

Después de eso solo recuerdo despertar de nuevo, en el suelo, entre los cojines, atrás su cuerpo se acoplaba al mío a la perfección... Tiraba de la soga del cuello para inclinarme la cabeza hacia detrás. Respiraba en mi oído, su aliento cálido se grababa en cada uno de mis poros... Su olor... ese que aún no alcanzo a descifrar...

Y mordió.

Querida serpiente:

Quizás no te recuerde como más que una sombra, puede incluso que no más que un borrón blanco en la oscuridad de mi mente. Miro hacia atrás y veo… Mentiras, sarcasmos… Besos, miradas… Arañazos, gritos… Piano, ayuda… ¿Cuál fue la realidad y qué la invención de mi mente? Quizás nada más que un pequeño destello de mentiras, o unos recuerdos de placentera admiración.

Los silencios que nunca rompí, las iniciativas que nunca tomé, los vasos que jamás se rompieron y las sábanas que nunca se deshicieron… Quizás no seas nada, un simple y absoluto nada. Con facilidad podrías no existir y solo estar en la mente de una desquiciada. Pero hubo más que eso, y ni si quiera lo digo por los besos… Es más bien por los silencios, por las conversaciones que hacían pensar y las que me hicieron cambiar, fue mi evolución. El hecho de ahora poder respirar teniendo un pequeño destello en el fondo del pasillo, es cierto –lo sé- que no hay ni la más remota posibilidad de volverte a encontrar… Por que en el fondo reconozco que nunca exististe, que nunca me tocaste y que jamás me hablaste. Por que en mi mente no están grabados tus ojos ni tus manos. Por que en mi cuerpo no se quedó nunca impregnado tu olor.

Por todo eso no te tengo que olvidar… Por que nunca estuviste aquí… Por que jamás te respondí… Y, realmente, jamás volví a ti…

Besos XXX

Historia de un sueño

Siento unas manos recorriéndome las líneas del rostro. Despierto, no hay más que una semi-oscuridad insinuante que deja ver el contorno de tu cuerpo. Poco a poco me acostumbro a la penumbra y puedo distinguir con más facilidad los rasgos que te componen.

Tu cuerpo, sencillamente perfecto. No hay nada que lo manche, ni una cicatriz, ni un lunar, nada. El pelo se te ha acomodado en los hombros y se ha enredado en tus brazos. Ahora veo con más claridad ¿o será que la luna brilla con más fuerza?

Me pongo encima de ti, con extrema suavidad para no despertarte. Empiezo a recorrer con las yemas de los dedos tus hombros perfectamente formados, ni muy musculosos ni demasiado flacuchos. Empiezo a besar las vértebras que se te marcan debido a tu flaqueza. Con cada beso tu respiración se agita imperceptiblemente para cualquiera, menos para mi. Sabía que estabas despierto. ¿Cómo si no te ibas a estremecer con cada caricia que te prodigué?

No intentes engañarme. Sigo besando cada centímetro de esa espalda mientras con los dedos perfilo tu torso. Cuando llego al lugar donde pierde su nombre voy dejando un camino con mi lengua perfilando los besos ya dados.

No puedes resistirte más, sin saber como te volteas y me miras... A partir de ese momento no recuerdo nada más que nuestros gemidos.

Perdón

Pido perdón por la humillación a mi persona...
Pido perdón por los momentos de temblores...
Pido perdón por las mentiras y fracasos...
Por los besos mal dados y las palabras mal tomadas...
Supongo que también lo pido por las miradas premeditadas...
Por mis risas calculadas y mis sonrisas pensadas...
Por las palabras que repetí mil veces antes de decirlas...
Pido perdón por mi misma...

Serpiente 5

Serpiente, asquerosa bífida.
Incitante, excitante.
Maldito el día de la manzana.
El día del pecado.
Maldito tú y tus sarcasmos.
Maldita tu risa y tu ironía.
Maldito tú.
Estúpido insolente que me atrapas en tus manos.C
reyéndote dueño de mis pensamientos.
-Sin saber lo que pasa por mi cabeza-
Malditos tus ojos y tus dedos.
Maldita tu figura y malditos tus labios.
No es una súplica.
Tampoco una plegaria.
Asquerosa serpiente...
Muérdeme de nuevo...

Nada que decir

Mi habitación apesta a tabaco y a maría.
Los papeles y los libros, desordenados como siempre.
Tirada en ese rincón, sin llorar, por supuesto las lágrimas se acabaron...
Cerveza de sifón derramada entre las sábanas.
Miradas que no dicen nada, pero lo dicen todo...
Algo más que contar.
Una despedida, dos besos y adiós.
Una mentira, aquella que nunca terminó.
Nada más que decir.
Quizás que de la melancolía me llegue a morir.
Y mira que trato de animar a los besos.
A los versos de antaño a salir.
Tan solo dos besos...
O dos lágrimas...
Nada más que decir...

Cartas desde el Infierno. Carta primera.

Querido ``Tú´´:

Es tan fácil... Tan sencillo que da asco. Miradas, sonrojos, silencios... Manipular a las personas como si solo fueran títeres en tus manos. Hacerles creer que eres lo que no es o que finjas ser lo que no eras cuando realmente sí que lo fuiste. Incluso en la cama se marca la sencillez, temblores, aparente inexperiencia, sonrojos y pureza... Es tan fácil que te da fuerzas para continuar. Tan gracioso ver las reacciones de cada cual, asombro, diversión, amenazas... Déjales creer que son ellos los que manipulan... Quizás los que manden... Déjales que se confíen. Será entonces cuando tengas todo el poder... Tan fácil confundirles que da hasta risa...

No me creo Dios pero por mucho que sea más joven que todos ellos... Están en mis manos... Y sí, soy una hipócrita por esconderme tras mis máscaras... ¿Verdad?

XXX

Serpiente 4

Enrédate en mis piernas.
Sube por mi cintura y juega con mi pelo.
Sonríe a medias,
mírame con odio, no,
con el frío sarcasmo.

Haz como si nada hubiera pasado.
¿Realmente ocurrió algo entre nosotros?
¿O solo fueron días de euforia?
Días que no recordamos...
Que no recuerdas.

Atrápame entre tu cuerpo y la pared.
Acerca tu rostro, así no
.más cerca,
mucho más cerca.

Respira sobre mis labios.
Amenázame.
No me das miedo.
No te temo, no huiré.

Y vuelvo a respirar el humo de tu ausencia.
Miro al cielo,
tan oscuro y contaminado como tus ojos,
tan lejano y frío como tus labios.

Después de todo no puedo quejarme.
Fue solo un juego.
Peligroso, donde había fuego,
donde las mentiras lo eran todo
y las apariencias eran nuestros trajes diarios.

Admito que mentí,
ahora hazlo tu.
Admite que siempre fuiste...
No, que siempre eres un hipócrita.

La mente humana y la expresión corporal

Tan fácil... Es tan fácil aprender a analizar a las personas. Aprender sus movimientos y sus estados de ánimo, saber como actuará en cada situación, en cada circunstancia. Tan solo mirándole a la cara. Se muerde el labio con nerviosismo o impide el contacto visual directo, son simples hechos que nos aseguran que el sujeto está nervioso.

Pero, ¿si una persona llegara a controlar todo eso? ¿Todos los movimientos que nos parecen obvias señales, como un roce ``involuntario´´ o una mirada ``desprevenida? ¿Qué ocurriría si hubiera alguien que, tras analizarte, utilizara todos esos movimientos y palabras para ponerte en la situación que él quiere? Provocar una situación tensa en la que él salga ganando, quizás... Que actúes de una manera por el simple hecho de lo gratificante que sería saber que te controla.

¿Existen ese tipo de personas que pueden controlarnos hasta el punto de, con tan solo dos palabras, hacer que nos levantemos y hagamos algo que JAMÁS haríamos?

Amantes

Me he vuelto a perder en esos ojos negros, tan profundos y fríos como la realidad que concibo.

He tocado de nuevo esos cabellos oscuros. He enredado mis dedos en ellos y he tirado con fuerza, para demostrar, al contrario de lo que él piensa, que yo mando, que yo decido.

Sus palabras se han vuelto susurrantes en mis oídos y no he podido más que besar esa oreja - mas correctamente ese lóbulo- que parecía tan cercano a mis labios.

Sus dedos han recorrido mis hombros y mi espalda, tratando de recordar cada uno de los lunares que allí se alojaban antaño -una pena que otros amantes me los cambiaran por besos-

Su boca, tan insistente como siempre, se trataba de hacer paso hacia la cavidad de la que solo ella fue dueña. Quizás debí decirle que no, pero aparté la cara con suavidad, aún así el trataba de arrancarme otro suspiro.

Sus manos recorrían con devoción mi cuerpo, tocando los puntos exactos que solo el conocía tan bien. Esos que habíamos descubierto juntos en las noches en vela.

Y el silencio se hizo en la habitación, tan solo se escuchaban las respiraciones de los dos amantes que fueron frustrados, nuestras respiraciones.

Llorar

Trato de decirme 'todo estará bien, aguanta'
Me pido a mi misma no llorar, pero las lágrimas ya han recorrido mi rostro.
Y sigo aquí,
sin saber que hacer...
Muerta de miedo por mis propios sentimientos...
Ya nada me da fuerzas,
nada me deja respirar.
Odio al mundo y me odio a mi misma.
Todo da igual...
He perdido las esperanzas de acabar siendo alguien.
He perdido la ilusión de mi próspero futuro.
El brillo mis ojos se ha terminado por apagar
.Quizas debiera darle al Off...
Acabar con todo de una vez.
Me tiemblan las piernas y la voz.
Pero, ¿qué mas da?
Un poco de soledad y oscuridad no me matara... ¿O si?

Queridos...¿Enemigos?:

Estúpidos que etiquetáis, que os creéis superiores.

Estúpidos que miráis por encima del hombro, que sois felices con vuestras míseras burlas.

¿Os creéis superiores por decir cuatro palabrejas juntas? ¿Realmente pensáis que me hacéis algún tipo de daño? ¡Ja! Solo conseguìs que mi risa aumente, que mi ego se crezca y que mi mente se divierta. ¡Ja! Solo lográis humillaros a vosotros mismos, darme el placer que me hacía falta hace tanto.

Enemigos, que intetais destruirme con gestos absurdos y estúpidas palabras, si a eso lo podemos llamar palabras, claro. Tratráis de dar nombre a lo que no conocéis y, así, tratar de explicar lo que hay a vuestro alrededor. Parecéis un chiste en movimiento, una mota de polvo en mi universo, y, aún asi, tratáis de haceros un hueco llamando mi atencion con palabras despectivas.

Por favor, seguid asi, solo os destruís mientras mi mente ríe en silencio y en mi cara hay dibujada una mueca de indiferencia.

Esto es para vosotros, queridos, que me habeis ayudado a madurar antes de tiempo, que me habéis dado la hoz para apartar las ramas del camino. Gracias a vosotros ahora soy inmune a las palabras que clamáis sin sentido...

Gracias.

XXX

Serpiente 3

Otra noche lluviosa, como tantas otras. Las gotas caen por mi rostro simulando ser quienes no son, limpiando mi cara de tus besos olvidados. Y vuelvo a ahogar el llanto, las suplicas de mi cuerpo por tus roces, la desesperacion de mis ojos por tus miradas.

¿Qué mas da? ¿Si tus ''te quiero'' son falasa promesas? ¿Si tus roces son solo una descarga? ¿Si solo soy una distraccion, un juguete?

Pero, aunque soy consciente de todo: de tus mentiras, de tus engaños; Aún sigo esperando algo mas que palabras...

Fuego

Fuego. Ese elemento tan letal y sinuoso. Ese por el que todos nos sentimos atraídos y no podemos tocar.

Vals. Notas musicales puestas para enamorar. Un vaivén suave y melancólico a la vez que pasional y furioso.

Prohibición. Lo que nos gusta imponer, que no se toque, que no se mire, que no se haga... Por lo que todos nos sentimos tentados. Cuanto más dices no más atrayente es el objeto en cuestión.

¿Y qué decir? ¿Si me he quemado, he bailado y me he saltado las reglas? ¿Soy peor por eso? Probablemente. Pero... Te sientes tan bien que... Todo da igual... ¿o no?

Querido ... :

[...]

Y sabes? Aún te espero.
Aún creo que llegarás,
aunque te marcharas.
Quizás fuera una tontería esperarte durante tantos años,
pero seguiré aquí, sentada,
hasta que mi pelo encanezca,
hasta que mi piel se arrugue,
hasta que mis sentidos mueran.
Me sigo preguntando...
¿Se puede romper un corazón que ha dejado de latir...?

Lina Lee

P.D. Mis sueños siguen siendo tus esperanzas...

Umi

Con sus sensuales movimientos trata de olvidar la traición, con su vida por delante trata de luchar. Adiestrada en el arte del esgrima y la katana Umi Dark deja a su paso un rastro de sangre visible. Las cabezas cortadas y los ojos disecados y colgados de los árboles dan fe de ello. Segura camina através de los cuerpos inmóviles, su uniforme azul está manchado del carmesí de la sangre. Su pelo largo, azul eléctrico, también está sucio de las lágrimas derramadas por aquellos que pidieron clemencia.

Haciendo oídos sordos al llanto de un bebé que se retuerce en un charco de sangre, más concretamente en el de su madre, sigue caminando. Ya no tiene esperanzas, ni sueños, ya no tiene sentimientos. Solo dale una espada y un pueblo y todos desaparecerás, dejando atrás una montaña de cadáveres.

Unas llamas van desapareciendo bajo sus pies dejando claro a cualquier observador que es un demonio del fuego. Un elemental. Y es que, cuando más quema el fuego, es cuando la llama es azul.

Ladys

Ella, dulce y pensativa. Aún cree que la paz reina a su alrededor. No se ha percatado de la masacre que sus manos cometieron. De la furia y la traición que encierran sus ojos marrones. Sus dos personalidades la tienen atrapada en un laberinto de contradicciones.

Mira al sol creyendo que alguien la avisará para comer o, quizás, para entregarle unos caramelos. ¡Oh, dioses! No permitáis que su inocencia se corrompa cuando mire hacia su espalda. No dejéis que vislumbre el dolor y la sangre que deja a su paso.

Una dulce sonrisa trata de esconderse cuando una mariposa revolotea a su alrededor, jugando con sus mechones sueltos. Un segundo y sus ojos cambian a dos finas rayas. Sus dedos atrapan al pequeño insecto aplastándolo y llevándolo a su trágico final, nuevamente la joven entra en trance. Dos pequeñas lágrimas escurren por su rostro al ver el cuerpo mutilado de la mariposa entre sus dedos.

En ese momento mira a su espalda. Cadáveres y pequeños incendios desperdigados. Su osito yace en el suelo. El cuerpo y la cabeza del peluche están separadas dejando ver el algodón que lo rellenaba. Ausente, casi... Muerta en vida, coge el cuerpo del peluche y camina entre los restos de la gente a la que amaba. Dándose así, un nuevo comienzo.

Disertar

El silencio inunda la estancia. Sigo sentada mirando a la pared y sin ver nada. Soledad. Bajo la vista hacia mis muñecas y veo las marcas que nunca estuvieron. Que nunca me dejaron tener. En la mesa descansa un bote vacío. Debería contener las pastillas que alejaran mi dolor. Pero también me las prohibieron. Creen que estoy mal. ¿Qué sabrán ellos?

Ni si quiera me dejaron elegir si vivir. Jamás me preguntaron si quería vivir. Yo no pedí nacer. Pero ahora ya estoy aquí, no hay retorno visible. Tengo que cargar con todas esas patrañas sobre mis hombros. Con toda la hipocresía. Pues no pienso rendirme. Pienso ser cruelmente sincera. Cínicamente fría. Calculadora.

Dadme tiempo y me revelaré. Dadme armas y os mataré. No lo dudéis ni un instante. Estoy harta de ser la buena. La que sufre. La que llora. Ya no más cría. Ya no más niña. No más idiota. No más tonta.

Renaceré y seré como decida. Sin seguir caminos desde el principio. Sin aceptar estúpidas doctrinas. Sin vestir, escuchar o comer lo que otros decidan. Sin controles. Sin ataduras.

Pero...¿Para que mentirme? Seguiré siendo la misma mojigata mañana, y pasado... Por que ya no tengo fuerzas. Por que las gasté al intentar alcanzar el bote que descansa vacío sobre la mesa. Por que me da miedo enfrentarme a alguien con poder sobre mi. Por que tengo miedo al futuro, a que las ataduras se aprieten aún más.

Por que aún sigo teniendo los mismos miedos que en el pasado...

Vida

Camino por la calle. Una ligera brisa juega entre mi pelo. El sol me va quemando los hombros. Una mujer grita desesperada palabras que me niego a escuchar. Y sigo andando, cavilando. Los sonidos de mi alrededor se entremezclan para formar una mezcla homogénea que no tiene sentido, que no quiero buscárselo. Siento que alguien me llama, pero no me giro. Y sigo andando.

De repente me encuentro parada, con la carpeta negra que sujetaban mis manos en el suelo. El viento sigue soplando ligeramente. Pero ni me inmuto. Solo estoy quieta, ausente. Intentando reprimir a aquellas que siempre me traicionan. Pero acaban por ganar la batalla y se disponen a correr. Alguien me toca el hombro, y cierro mis ojos.

Cuando los vuelvo a abrir estoy en una mesa, riendo y con una bebida en la mano. Mis padres y algunos conocidos también se encuentran allí. Me siento mal. No quiero estar ahí. Pero sigo con mi sonrisa tatuada y participando en la conversación. Me levanto y voy al baño.

Una vez dentro lo cierro y me miro al espejo. Las traicioneras vuelven a salir para recorrer mi rostro. Me las seco con rapidez y recupero la compostura. Mi cara no da muestra alguna de lo que ha ocurrido, la sonrisa vuelve a ella y salgo. Pero no hay nadie. Vuelvo a cerrar los ojos para llamar a la calma.

Cuando los abro... No, ya no tengo fuerzas para abrirlos. Simplemente relajo mi cuerpo. Las noto rodar nuevamente por mis cachetes. Estoy echada en algún lugar. Pero sigo inmóvil. Con tediosa lentitud siento que las últimas fuerzas me abandonan por completo.

Por fin puedo sonreír con franqueza, sin mentiras, sin máscaras.

Querídos... Estúpidos:

Debería escribiros algo largo y que os hiciera pensar. Pero ¿Para qué? ¿Para que lo ignoréis? ¿Para que lo olvidéis?

Podría escribir alguna de las tantas mentiras e hipocresías de mi vida diaria. Algo que os entretenga y os divierta. Como si solo fuera un monito de feria, creado para hacer reír a la multitud que me rodea.

Sarcasmo y crueldad, es lo único que pienso cuando os miro. Y la risa sale de mi interior como arcada. Todos vestís iguales, escucháis la misma música y habláis de lo mismo. ¿No os aburre tanta monotonía? Perdonad, lo olvidaba, no tenéis neuronas suficientes como para sentir eso a lo que llamamos aburrimiento.

Me volvéis a sorprender, hoy uno de vosotros me ha mirado y ha dicho ``Chos, loco, mira a la chorva esa´´ Ni me digne a mirarlo. Alguien que utiliza un calificativo como ``loco´´ en ese contexto no merece ni mi nimio respeto. Porque, ¿para qué engañarnos? Yo no soy ninguna diosa pero estoy por encima de ellos.

Tanto mirar y despotricar, tanto etiquetar, ¿realmente os sirve para otra cosa que no sea humillaros a vosotros mismo? ¿Pensáis que por decir que soy algo raro, incluso un adefesio escuche una vez, seréis superiores a mi? Ni si quiera lo penséis pequeñas ratas.

Para aquellos que jugáis a ser dueños y dioses poniendo falsos calificativos.

XXX

Depresión

Nuevamente encerrada en la jaula.
Sin poder salir de la burbuja.
Se han roto las paredes y me dejan atisbar un rayo de luz.
Pero da lo mismo pues nunca lo podré alcanzar.
¿Qué más da?
Si realmente nunca lo podré mirar de frente.
Me engaño a mi misma creyéndome dueña de mi existencia.
Pero es una mentira.
Un teatro.
Es tan solo una máscara,
mi sonrisa,
mis labios.
No importa.
No me importa.
Ser una marioneta en el juego de ambos no es tan terrible.
Tan solo lloro algunas noches.
Algunas noches en que la soledad me encuentra y me besa demasiado.
Ya casi no lo hago.
Reprimo mis gemidos para no ahuyentar a la luna.
¿Qué más da?
Realmente no soy tan importante...

Bésame despacio

Agárrate a mi cintura.
Cógeme de la mano y bésame.

Te estoy esperando.
Sé que no lo vas ha hacer.

Ambas somos demasiado cobardes.
Sobre todo yo.

No quiero descubrirte.
Ni indagarte.
No quiero persuadirte.
No quiero pervertirte.

Bésame.

Lo haré yo.
Tan solo una inclinación y seré tuya.
Y serás mía.
Solo un suspiro.

Bésame.

Yo no voy ha hacerlo
.Soy demasiado cobarde.

Rózame.

Tengo miedo.
Ya no sé lo que deseo.

Pero hazlo ya.
Me desesperas.
Demasiada frustración.
Deja de jugar conmigo.
Sabes que me duele.

Bésame.

Mátame.

domingo, enero 14

Lágrimas que derramar

Ya ni si quiera pienso en ti,
ni en tu pelo,
ni en tu diabólica sonrisa.

Ya no le doy vueltas a como es probable que me hubieses usado si no me aparto a tiempo.
Si no quito la mano del fuego.

¿Para qué engañarme?
Una promesa de amor rompe todas aquellas que creí ver reflejadas en tus ojos.
Todo lo que quizás podría haber llegado a ser.
Tus besos, mis sueños...
Todo, en ese profundo pozo azabache.
Pero me mentía, me decía ``Paciencia, quizás algún día lo consigas´´

Estabas demasiado alto y yo había subido corriendo,
finalmente llegué abajo rodando.
Pero no te diste cuenta,
¿cómo lo ibas ha hacer, si ni siquiera me conoces?

Ni siquiera vislumbraste la mitad de mi alma,
la mitad de mi ser.
Pero eso ya da igual,
porque no la conocerás.

Porque no quiero verte,
porque me haces daño.
Porque sufro,
porque ya no sonrío.

Y me pregunto,
¿es eso lo qué quiero?

Desesperación tras el reloj

Estoy harta de falsas esperanzas.
Estoy harta de escribir en la nada...

Ya no resisto el impulso de tenerte.
Dejo que mis manos corran,
inexpertas,
por los senderos de tu cuerpo.

Dejo que los susurros inunden mi mente,
pidiendo más.

Suerte perdida, manos vacías,
papel en blanco, cigarrillos ya gastados,
bombillas fundidas,
situaciones imposibles.

Una estupidez que siempre me negué a creer...

Gritos silenciosos
aprovechan la presión que ejercen nuestras almas
para adueñarse una vez más de la situación...

Desesperación y corrupción,
violación e invitación.

Nuevos gritos me perforan los oídos,
haciendo que mis incertidumbres aumenten con el paso de los segundos...

Tic, tac, tic, tac...


Terrible canción,
monstruosa y sibilina.

Un segundo menos en mi vida, un segundo más.

De locura y vacío.
Cartas y lágrimas.

Lloro por cada uno de los segundos

Tic, tac, tic, tac...

No ves mis lágrimas, ¿no es cierto?

Una vez más he comenzado mi silencioso baile de llantos...

Una vez más me vuelvo a desesperar...

Tic, tac, tic, tac, tic, tac....

sábado, enero 13

Mi mundo

El mismo ritual de siempre, la misma toxina.
Atada a lo juzgable, maniatada al destino.
A un camino el cual no he elegido, por eso tiemblo de ira.
Tiro de mis prietas cadenas y pateo los barrotes de mi jaula.

Grito.

Y por fin elijo, mi camino, mi destino.
Y al fin decido, mi vida, mi suerte.

Ahora me muestro, al fin, como siempre he deseado.
Ya no esconderé mis errores ¿para qué?
Y por fin seré como decida.

Egoísta y asquerosamente ególatra,
pues siempre que hago algo lo hago por mi misma.
Estúpidamente celosa,
ya que no soporto que tomen lo que está vedado.

Como soy, sin máscaras.

Pero aún así,
me gusta sonreír cuando algo me hace gracia.
Sangro cuando me cortan,
y lloro cuando me hacen daño.

Pues no soy de piedra,
pues no soy perfecta,
y así me muestro,como soy,
sin mentiras.

Por fin puedo presentaros mi realidad.

Serpiente 2

Perversa serpiente, déjame huir.
Déjame escapar de la prisión de tus sentidos.
Maniatada a tus labios y arrodillada ante tu cuerpo.
Déjame escapar, bífida venenosa.

Miedo a tu seguridad, a tu silencioso arrastrar.
Pánico a tus susurros, incluso a mi misma.
A no ser presa suficiente, a no ser la carnada adecuada.
A equivocarme en mis movimientos, a que me muerdas con tu veneno.

Te acercas con lentitud, imitando a los de tu especie.
Me recorres con tus largos dedos mientras mi respiración se agita.
Sabiéndolo decides provocarme, acercarte, susurrarme.
Torturarme, paseando tu lengua partida por mi cuerpo.

Y ahora, déjame que sea yo la malvada.
Deja que yo muerda y mezcle tu saliva con mi veneno.
Ten miedo por una vez, tiembla, corre, huye.
Quiero maniatarte a mi cuerpo, a mi razón.

Lilith

La muchacha descansaba junto al árbol. La brisa se enredaba en su cuerpo desnudo, meciendo sus cabellos. La hierva, húmeda, también se balanceaba al compás. La dulce armonía era palpable en el viento. Unos pequeños pájaros cruzaron el cielo, dejando caer de sus alas un pequeño polvo dorado, donde tocaba las más bellas flores florecían.

Con extremo sigilo un extraño ser se acercó caminando hasta la joven. Un brillo hizo que se sobresaltara y se despertara, encontrando junto a ella a un joven, con largas vestiduras negras. El pelo le llegaba a la cintura y sus ojos eran los más hipnotizantes que jamás pudierais llegar a imaginar. Con suavidad ayudó a la joven a levantarse. Ella se sonrojó al verse totalmente indefensa frente a aquel ser desconocido.

Tan solo las miradas eran las profanadoras del silencio que allí reinaba. Y una mano se posó en su mejilla. Aturdida, no pudo más que volver a teñirse de carmín y a mover con nerviosismo sus manos. Él, por el contrario, le miraba a los ojos, manteniendo siempre el contacto físico, y posó sus manos en el cabello de la muchacha, deslizando la mano por la nuca y haciéndola estremecer.

Como pequeña ardilla asustada, la joven no pudo hacer más que el amago para salir corriendo y alejarse de la bestia, pero este, más rápido y con mejores reflejos, la atrapó de la muñeca y la unió a él. Sus miradas aún seguían en contacto directo.

La chica temblaba del pánico que le producía, pero sintió algo sobre su cuerpo, algo que la resguardaba del viento y del frío, que la protegía. Él la soltó, dejando que comprobara lo que su piel acababa de sentir. Un hermoso vestido blanco la cubría, haciendo que sus largos cabellos negros y su tez pálida resaltaran. Asombrada dio vueltas sobre ella misma, la toga, que le llagaba por encima de las rodillas y se sujetaba a un solo hombro se ceñía a su cintura con un pequeño cordón de plata.

El joven se volvió a acercar y con una mano larga y unas uñas teñidas de negro, le ofreció una manzana, roja e incitadora. Ella, ingenua e inocente aún, la tomó, pensando que alguien tan amable no podía ser, en absoluto, malvado. Así que se la llevó a los labios, aspiró su aroma dulzón, intoxicante, y la mordió. Era la fruta más dulce y jugosa que jamás hubiera probado. Su néctar le llenó la boca haciéndola experimentar placeres jamás contados.

Sin previo aviso, ardilla, pájaros y toda clase de animales se acercaron con violencia, arrancándole el vestido y tirándola al suelo. Siguieron atacando hasta que esta cayó inconsciente. Más tarde, al despertar, se encontró en un páramo, tan solo dos pedazos de tela cubrían su cuerpo: sus pechos y sus genitales. Se encontraba llena de magulladuras y de sangre, lágrimas corrían por su rostro, la manzana aún permanecía en su mano.

Sintió un movimiento, una especie de animal, largo y verde, se movía arrastrándose a su alrededor. Y de nuevo aquella luz cegadora, cuando abrió los ojos se encontró al muchacho de antes, con la misma vestidura y la misma sonrisa.

Entonces entendió. Él era el diablo, el incitador, el pecador, el que la había expulsado del paraíso.

Pero aquél demonio le tendió la mano, la ayudó a levantarse, y pronunció su nombre, con voz clara, madura y sincera:

- Lilith

Vampiro

La muchacha, vestida de blanco, permanecía quieta y con ojos ausentes. Su traje se balanceaba al ritmo del susurrante viento.

Derrepente el paisaje fue roto por una figura vestida de negro. Flaco y con pose altiva se paró frente a la joven. Estaba ligeramente inclinado hacia detrás, su pelo, largo y negro, también se balanceaba al compás de la brisa. Sonreía con suficiencia. Sin previo aviso estiró la mano con rapidez, la posó con delicadeza en el rostro ausente de la chica y empezó a recorrerlo con sus largos dedos de pianista. Llegó a la nuca y la masajeó antes de acercarse el cuello a la boca en un brusco movimiento.

El rostro de la chica no cambió en el momento en el que los colmillos de la bestia se clavaron en su piel, sin embargo, unas lágrimas cristalinas resbalaron por sus mejillas. El pelinegro se separó del blanquecino cuello, dejando tras de sí dos rojos senderos. Miró, nuevamente, a la joven.

Lo último que recuerdo, su lengua limpiando mis lágrimas.

La virgen

Me gusta llorar cuando el frío cala mis huesos.
Sentir que quizás haya alguien más a mi lado.

Quisiera pensar que la muerte no pasará por mi casa esta noche.
Quizás me equivoque al creer que tus pupilas son indestructibles.

Miro a mi alrededor y me encuentro sola de nuevo,
entre las cosas que se marchitan con el paso de los días.

Me miro con desprecio en los cristales rotos.
Ya no soy la misma de antes,
probablemente tampoco la misma que mañana.

Ya no siento como mi cuerpo muere,
tan solo el frío que me envuelve.

Contra la superficie que refleja mi rostro,
unas gotas de sangre.

Me prometí que jamás volvería a llorar por mi soledad.
Pero lo he hecho.

Las promesas no sirven de nada.

Déjame entrar

Déjame descubrirte,
déjame explorarte -déjame abrirte-

Tan solo quiero ver que descansa es ti -si eres capaz de sufrir-
Si puedes reir, cantar o ser feliz -quisiera verte llorar-

Coraza de cartón -de frío metal-
Rómpete y déjame pasar -quizás algo la haga ceder-

Cuéntame quién te mató -quién te volvió oscuro-
Dime quien te hizo sufrir -quién te atormentó-
¿Quizás te hicieron llorar? -o tan solo respirar-

Tienes que tener sueños -enterrados bajo el cemento-
Alguna ilusión oculta -en los pasadizos de tu sarcasmo-

Tus ojos sin emociones -fríos y calculadores-
Tus finos labios blancos -suaves y tentadores-
Tu largo cabello y negro -camino de pecadores-
Tus cínicas palabras -los portadores de las armas-

Déjame explorarte -suéltate-
Déjame sentirte -abrete-

No ocultarás tu vida tras la fría máscara de indiferencia -no a mi-
No engañarás a nadie con tu alterego y con tu cabeza altiva -no podrás conmigo-

Vuela, y llévame contigo a tu mundo -al que nadie ha visto-
Me encantaría conocerlo -en realidad, me muero por saber como es-

No puedo olvidarte

Sigo recordando tus ojos ambarinos,
sigo oliendo el placer de sentirte,
sigo sin saber si el silencio lo rompieron los pájaros.

Llevo el alma donde puedo, me pesa.
¿O dónde quiero…?
Quien sabe.

No entiendo por qué cambias con el tiempo,
ni entiendo tu lengua ni tus gestos.
No te conozco.

¿ Por qué el simple hecho de pensar en ti hace que me estremezca?
No entiendo por qué tus manos rozan mi cuerpo,
pero solo en sueños.

Una pestaña cae de tus ojos,
un ángel cae del cielo en busca de sus alas,
se le han perdido.

No fueron los pájaros,
fue un beso quien rompió el silencio.

Pero me olvidas,
le das la mano al destino y te marchas,
coges la soledad y me la clavas...

Nunca entenderé porqué siempre me negaste lo que más quería,
una rosa, un sentimiento o una simple mirada.

Nunca me perdonaste.
Y ya no podré soñar.

Pensamientos

Violador.
De mi mente, de mi cuerpo.

Abusador.
De mi vida, de mis ojos.

Pecador.
Por matar, por hacer llorar.

Traidor.
Por atar, por amordazar.

Genio.
Por pensar, por respirar.

Maravilla.
Por gritar, por insultar.

Salvador.
Por humillar, por besar.

Ilusión.
En mis pensamientos, en mis remordimientos.

Mi muerte

Otoño -invierno-
Marrón -azul-
Caída -de nieve-

Primavera -ya no-
Sueño -oscuro-
Amor -desgracia-

Soledad -inevitable-
Responsabilidad -De nadie-A
mistad -innecesaria-

Respóndeme, flor de loto, a las preguntas que tan sutilmente te realizo.
Respóndeme, cerezo, a las miradas cautelosas.

Mis manos -manchadas de sangre-
mantienen en un puño los pétalos blancos -teñidos de carmesí-
que algún día me recordaron mi pasado -plagado de muertes-

Se desliza por mi cuello -dejándome vulnerable-.
Enroscándose en mi pecho -exprimiendo mis entrañas-.
Matándome por dentro -como yo hacía antaño-

Las últimas gotas de mi sangre quedaron derramadas en, quizás, algunas margaritas que se encontraba al rededor de mi lecho de muerte.

Dejándolas manchadas de la sangre de una pecadora.
De una leyenda histórica.

Mi realidad

No pido que leáis lo que existe en mi interior.
No pido que expreséis las impurezas de vuestro corazón,
ni los pecados de vuestra alma.

Tampoco os pido sinceridad,
pues yo no os la daré.
Ni pido que me creáis,
pues yo ni os miraré.

Solo pido que no juzguéis.
Que no dejéis de mirar al frente,
que no apretéis la vista.

Tan solo pido un poco de silencio por los que dejamos.
Tan solo que olvidéis el entorno que os rodea y respiréis profundamente.

Que no recordéis pensar por unos instantes.
Que entréis en mi realidad...

Salir corriendo

Quiero escapar, pero no rendirme.
Quiero gritar, pero no quedarme sin voz.
Quiero desatarme, pero sin romper las cadenas.

Quiero morir, pero sin abandonar la vida.
Quiero cambiar, pero ser yo misma.
Quiero correr, pero sin moverme.

Huir, llamar, volar.
Sufrir, cambiar, salir.

Me gustaría hacer lo que me dictan mis sentidos.
No hacer caso a palabras mal escritas en la pared,
ni cambiar por las falsas palabras dichas con sonrisas forzadas.

Dictar, alzar la cabeza y caminar.
Ser yo misma, sin productos,
sin repeticiones.

Te digo -pienso-

``Jamás volveré a sufrir´´ -Y sufro-
``Ya no lloro a solas´´ -Y lloro-
``Ya soy yo misma´´ -Pero cambiada- `
``Ya respiro´´ -Y muero.

Serpiente 1

Serpiente, que juegas entre mis piernas.
Víbora, que me miras con desprecio.
Vampiro, que muero en tus brazos.
Muerte, que me arrastras a tus labios.

Me incitas, a ser pecadora.
Me humillas, con cínicas sonrisas.
Me inspiras, en la penumbra de mi cuarto.
Me acompañas, en la soledad de mis pecados.

Grito, para que me dejes escapar.
Espero, para que cierres tus labios.
Sufro, por las marcas en mi cuerpo.
Lamento, perder la lujuria que contienen mis ojos.