martes, enero 16

Ladys

Ella, dulce y pensativa. Aún cree que la paz reina a su alrededor. No se ha percatado de la masacre que sus manos cometieron. De la furia y la traición que encierran sus ojos marrones. Sus dos personalidades la tienen atrapada en un laberinto de contradicciones.

Mira al sol creyendo que alguien la avisará para comer o, quizás, para entregarle unos caramelos. ¡Oh, dioses! No permitáis que su inocencia se corrompa cuando mire hacia su espalda. No dejéis que vislumbre el dolor y la sangre que deja a su paso.

Una dulce sonrisa trata de esconderse cuando una mariposa revolotea a su alrededor, jugando con sus mechones sueltos. Un segundo y sus ojos cambian a dos finas rayas. Sus dedos atrapan al pequeño insecto aplastándolo y llevándolo a su trágico final, nuevamente la joven entra en trance. Dos pequeñas lágrimas escurren por su rostro al ver el cuerpo mutilado de la mariposa entre sus dedos.

En ese momento mira a su espalda. Cadáveres y pequeños incendios desperdigados. Su osito yace en el suelo. El cuerpo y la cabeza del peluche están separadas dejando ver el algodón que lo rellenaba. Ausente, casi... Muerta en vida, coge el cuerpo del peluche y camina entre los restos de la gente a la que amaba. Dándose así, un nuevo comienzo.

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